Como cada mañana, Héctor pasó por delante de la alambrada que había en la calle camino de su instituto. Como cada mañana invernal, la niebla cubría la atmósfera y el sol aún no había salido. Como cada mañana Héctor miró hipnotizado aquel vacío entre la tienda de ultramarinos y la librería del señor Baldabiou. Las ruinas de un viejo cine, un puñado de sueños hechos escombro.
Era como si el vacío de aquella quietud absorbiese el alma de Héctor, transportándolo a otro mundo, como si la niebla le envolviese y le evaporase lentamente, él se dejó llevar. Cerró los ojos y aquella negrura fue tomando una forma femenina. La niebla moldeaba sus senos y sus caderas y sus labios de humo se acercaron a los suyos. Trémulos. Aterciopelados. Héctor pudo sentirlos pegados a los suyos, y su pelo sedoso y ondulado acariciando su cuello, y sus pechos desnudos rozando su camisa. Apenas unos segundos de un sueño eterno, y aquella ninfa se esfumo entre la humareda de un camión, y su rugido trajo a Héctor de vuelta a aquella alambrada, entre la tienda de ultramarinos y la librería del señor Baldabiou.
Soy Oskar, tengo 12 años, 8 meses y 9 días exactamente. Tengo ganas de darle una lección a esos niños que me llaman cerdo. Quiero verlos chillar…
Soy Eli, tengo 12 años, mas o menos… llamame vampiro si quieres, si, me alimento de sangre… mato personas, para poder sobrevivir… pero, ¿qué harías tú? ¡¡¡ponte en mi lugar!!!
Al fin y al cabo no somos tan diferentes, tu los matarías si pudieses, por venganza…
Os hablo de Déjame entrar, podríamos llamarlo película de vampiros, pero en realidad se trata de una bella historia de amor entre dos niños, delicada y brutal a la vez. Un cuento glacial.
Lástima qu Hollywood esté dispuesta a reventarla con el remake. Ya sabeis queridos amigos, Tomas Alfredson, Déjame entrar. No acepte imitaciones.
Prueba a poner en Google imagenes «Mona Lisa». Al menos un millón de imágenes hacen referencia a la obra o a cosas relacionadas con ella. Seguramente que si quereis ver una escultura o un edificio en internet, lo podreis ver y nadie os dirá nada. Incluso si quereis visitar un edificio histórico y verlo desde fuera e incluso tocarlo, podreis hacerlo. Podeis ver determinados bailes o danza en cualquier portal de videos. El teatro no cumple esto porque cada representación es única, pero el teatro lo vale, al igual que un concierto de música. O ir al cine. Ahora, imaginad un mundo en el que tengais que pagar por ver una escultura, un cuadro y demás… ¿Sería justo pagar por algo que no sabes si te va a gustar? Eso es lo que yo pienso de la música, de las películas y demás. Yo compro discos y compro películas, y voy a concierto y voy al cine y demás y sí, pago por ello, pero porque lo he visto antes en internet y me ha gustado. Esto es igual que si veo cuadros en internet y me gustan tanto que voy a verlos a un museo y pago por ello, lo que también pasa con las esculturas. No veo bien que vayan a quitar la conexión a internet a aquellos que consigan todo este de cosas gratis. Porque la cultura es la cultura, y la sociedad debe tener libre acceso a ella, al menos para disfrutarlo de una forma muy parecida a la real. Por ejemplo, una obra de arte pierde calidad en internet, o la música que te bajas que también pierde calidad y además no tienes el placer de tenerlo verdadero con su libreto, su diseño y su cajita. Me puedo referir a las demás artes del mismo modo. Esos anuncios de que si no pagas por la música o por las películas estás robando… lo cierto es que no estás robando a nadie porque tú no le has pedido a nadie que te haga esa película o ese disco. Soy músico y también conozco a otros muchos músicos, y sacariamos un CD sin anímo de conseguir dinero, sino sólo por el placer que resulta el saber que te van a escuchar y van a disfrutar con tu música. Con el concepto de Cd no me refiero al físico, que también podría ser aunque cuesta dinero, sino en internet. Y también estudio Comunicación Audiovisual y me encantaría hacer una película o cortos, y ya hago algunos y los pongo en internet para que la gente los vea, simplemente por el hecho de que la gente disfrute con ello y yo no quiero ganar dinero. Porque todas las denominadas artes no sirven como empleo, sino como hobby. Es una forma de expresar la realidad y sacar lo que llevas dentro, sólamente eso. No se debería pagar por cosas como esa, porque todas las personas tienen el derecho de conocer la realidad y todas sus manifestaciones.
…en la cima de la loma se encuentra un pequeño poblado de casas grises y negras. Contrasta con la vegetación verde que reina en el lugar, pero es acorde al constante cielo gris que tiñe el paisaje de una tristeza natural. La lluvia hizo que todo sea como es ahora, con toda la vegetación descuidada y enmarañada en las casas. Las montañas destacan detrás del pueblo y justo al pie de la loma hay una madriguera de criaturas parecidas a los zorros, pero distintos en algunos puntos. Sus orejas extremadamente largas y su color negro le ayudan a camuflarse cerca del barro que hay junto a su madriguera. En un lugar tan húmedo como este…
Tengo entradas para el concierto de Vetusta morla en Málaga el día 4 de abril. La verdad es que apenas conocía al grupo, tan solo escuche una canción suya en la difunta FlyMusic, la verdad es que la canción me gustó, y el nombre se me quedó (Vetusta morla es un personaje de la historia interminable) pero por dejadez nunca me puse a escuchar mas de ellos.
Tiempo después me entero por un colega que van a venir a málaga y me acuerdo de aquella canción que escuché, y digo «eeh, yo me apunto!» y claro, me puse a escuchar canciones suyas. Son buenos, asi rock indie de ese que tanto me mola. Habrá que verlos en directo! pero si las entradas se han agotado malos no pueden ser! Próximamente crónica de otro concierto!
Ya os hable anteriormente del ciclo de conciertos que está organizando el Neoateneo de Málaga, os hablé de Polock y ahora me toca hablar de OdeOnDreams, un grupo de Málaga que hace rock experimental.
Se formaron allá por el 2007, pero no les falta experiencia a estos chicos. Sus guitarras te transportan a su mundo, por lo menos a mi, me llegaron hondo. Pero para qué gastar palabras si un acorde dice mas.
Hoy la entrada la quiero enfocar un poco hacia mi campo de estudio: todo aquello que se relacione con lo audiovisual. Como últimamente estoy bastante motivado con el diseño gráfico, hablaré brevemente de uno de los mejores diseñadores que hemos tenido. Me estoy refiriendo a Saul Bass.
Saul Bass era norteamericano y nació en la década de los 20 en el Bronx, menudo barrio. Por aquellos tiempos no pintaba muy bien la cosa, asi que Bass para no contagiarse de todo ese mal ambiente se dedicó a dibujar, ya que era muy creativo. A medida que fue creciendo, fue estudiando los diferentes estilos de las escuelas pictóricas y se interesó sobre todo en el estilo Bauhaus y el Constructivismo ruso. Son claras las influencias de estos dos estilos. Estuvo trabajando en varios despachos de diseño pero tiempo después, en la época de los 50, se mudó a Los Ángeles para trabajar de diseñador independiente. Preminger le pidió que diseñara el cartel de su película Carmen Jones y quedó tan impresionado que le encargó más. Además de diseñar carteles de películas tan famosas como Casino, Psicosis o Vértigo, trabajó para grandes marcas diseñando sus logotipos, como AT&T, United Airlines, Minolta, Bell, y Warner Communications. Diseñó también el póster para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984.
Y ahora sin más dilación, para muestra un botón como se suele decir:
Somos muchos los que usamos las mentiras de vez en cuando para salir de un apuro o para no hacer daño a los demás. Esconder cosas que nos parecen vergonzosas o incluso inventar otras para aparentar lo que no somos. Este tipo de trampas son simples hechos inocentes que a la larga se terminan destapando y no hay mucho más castigo que la verdad.
Hay muchas personas que usan las mentiras como una forma de vida. Las tienen tan enraizadas en su propia personalidad que no son capaces de deshacerse de ellas y eso les pasa factura tarde o temprano. A esta clase de personas solemos verlas desde un punto de vista poco simpático. Se convierten en personas solitarias o más bien en «personas parásito» que solo buscan a alguien para poder contagiarle de sus historias y aprovecharse de este. No puedo decir que odie a estas personas porque la mayoría de las veces quieren salir de esta situación pero no pueden porque se ha convertido en costumbre.
A quien sí odio es a la gente que miente para perjudicar a los demás incluyendo su propio beneficio. Esas personas que disfrutan desaciendo relaciones, hábitos o rutinas que no son malas, detruyendo vidas que ni les van ni les vienen. Solo quieren hacer que las personas se separen, pero no por ellos mismos, sino porque ellos entienden la vida desde su propio caso, desde esa soledad a la que se ven empujados desde siempre.
Con ello quiero decir, que las mentiras no son tan malas. A veces mentir es mejor que decir la verdad, pero no siempre claro. La cosa es que las personas deben pensar por sí mismas y oler lo que se les viene encima si alguno de estos parásitos les están acechando. La verdad de las mentiras es que existen para bien o para mal, y que saber usarlas en tu propio beneficio es perjudicial para los demás y al final malo para ti mismo, pero saber usarlas para el beneficio compartido es una cosa muy difícil y de personas muy consideradas con su propio entorno. No quiero decir con esto que os pongais a mentir como locos, pero no seáis tan inocentes como yo he sido a veces ya que poco a poco tuve que aprender que la vida no era de colores con todas las personas. Menos mal que aún hay gente con la que desahogarse agusto porque sabes que son de confianza y que. de un modo u otro, no ganan nada ni les interesa ganar nada contando mentiras sobre tí, ¿verdad?
No exagero si digo que es la mejor película del 2009, y todos los premios y nominaciones que tiene me dan la razón. Estamos ante la última película de Danny Boyle, el director de Trainspotting. Cuenta la historia de Jamal Malik, un joven de una barriada de Mumbai que, por cosas del destino (no voy a reventar el argumento) acaba concursando en el programa ¿Quién quiere ser millonario?… y ganando. La genialidad de la película reside en el hecho de que el protagonista va relatando su vida a raíz de las preguntas que le formulan en el programa. La técnica utilizada en la película es genial y la banda sonora está perfectamente integrada. ¡Hasta los créditos finales dan ganas de verlos!
No voy a decir nada mas, os dejo el trailer y juzgar por vosotros mismos. Es una de esas pelis que no hay que dejar pasar.
Ciudad de Humo 